martes, 25 de septiembre de 2012

EL dicotomismo

Los dicotomistas sostienen que los elementos constitutivos de los seres humanos son dos: material e inmaterial. Los que proponen este concepto señalan que en ambos Testamentos se utilizan a veces las palabras "alma" y "espíritu" de manera intercambiable. Este parece ser el caso con la colocación paralela de "espíritu" y "alma" en Lucas 1:46-47: "Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador" (véase también Job 27:3).

Además de esto, parece posible deducir de numerosos pasajes una división de los seres humanos en dos, en la que "alma" y "espíritu" serian sinónimos. En Mateo 6:25, Jesús dice: "No os afanéis por vuestra vida (psyjé), qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir."

En Mateo 10:28, Jesús declara de nuevo: "Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar." En cambio, en 1 Corintios 5:3, Pablo habla de estar "ausente en cuerpo" (sóma), pero "presente en espíritu" (pnéuma), y está claro que los dos aspectos abarcan a la persona entera. Además, hay momentos en los que perder el pnéuma significa la muerte (Mateo 27:50; Juan 19:30), con tanta seguridad como sucede cuando se pierde la psyjé (Mateo 2:20; Lucas 9:24).

El dicotomismo es "probablemente el punto de vista más ampliamente sostenido a lo largo de la mayor parte de la historia del pensamiento cristiano". Los que sostienen este punto de vista, como les sucede a los tricotomistas, son capaces de presentar y defender su concepto sin derivar en errores. Pearlman afirma: "Ambos puntos de vista son correctos cuando se les entiende de manera adecuada." No obstante, es posible que aparezcan errores cuando se pierde el equilibrio entre los componentes del dicotomismo.

Los gnósticos adoptaron un dualismo cosmológico que marcó profundamente su punto de vista sobre los seres humanos. Afirmaban que el universo estaba dividido en dos partes: una inmaterial, espiritual, que era intrínsecamente buena, y otra material y física, que era intrínsecamente mala. Estos dos aspectos del universo estaban separados por un abismo insalvable. Paradójicamente, los seres humanos están formados por ambos componentes. Como consecuencia de esta naturaleza dualista innata, los seres humanos podían reaccionar de dos formas:

  1. pecar a su gusto, porque el espíritu, que es bueno, nunca se mancharía con el cuerpo, que es malo, o
  2. castigar al cuerpo por medio de la disciplina ascética, porque es malo.

Pasando a la era moderna, Erickson cita dentro de la teología liberal errores como los que siguen:

  1. algunos liberales creen que el cuerpo no es una parte esencial de la naturaleza humana; esto es, que la personal puede funcionar muy bien sin él, y
  2. otros liberales llegan al extremo de sustituir la doctrina bíblica de la resurrección del cuerpo por la resurrección del alma

1 comentarios:

  1. Esto fue sacado de el libro Teologia Sistematica editado por Stanley M. Horton

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